Las bardas y las fachadas de nuestras casas son como una tarjeta de presentación. Las personas que miran el exterior de una vivienda, juzgan a los ocupantes de acuerdo a lo que perciben alrededor de las condiciones y del gusto con el que están decorados.
Pintar el exterior no es muy diferente a pintar el interior, sólo debemos tener en cuenta dos factores: las condiciones ambientales y la calidad de la pintura que se utilizará. Pinturas COREV te ayuda a elegir los mejores diseños y productos para la fachada de tu hogar.
Elegimos el diseño y los tonos de la pintura esperando que nuestra casa luzca mejor, además de que así podemos evitar problemas como humedad, fugas, pérdida de temperatura, grietas, etc. Debemos tener en cuenta que los muros exteriores son los que más sufren por las inclemencias del clima, así que es necesario mantenerlos con una buena casa.
Las fachadas y muros exteriores también pueden funcionar como un lienzo en el cual podemos ser creativos, y crear diseños únicos y originales que nos distingan de nuestros vecinos, o bien, que comuniquen un mensaje a la comunidad.
Este es el caso de Roberto Mamani Mamani, nacido en la comunidad indígena aimara en Bolivia, que trabajó como asistente de albañil hasta que, sus sueños lo llevaron a estudiar en la Facultad Tecnológica de Construcciones Civiles en la Universidad Mayor de San Andrés y posteriormente, a cursar la carrera de Ingeniería Civil, incluso en contra de su propia familia que le recriminaba el que estudiara una «carrera para ricos». Mamani Mamani tenía una idea fija en mente: encontrar una identidad arquitectónica aimara, recuperando elementos de su cultura de origen.
En uno de sus primero proyectos, Mamani le sugirió a su cliente, un comerciante de celulares, construir un edificio elegante, con formas andinas, colorido y un gran salón de eventos, características que hasta entonces no había en la ciudad. Y ese fue el principio: los edificios de Mamani se distinguieron por estar enmarcados en fachadas convertidas en composiciones plásticas de molduras de yeso bañadas en brochazos de colores complementarios: naranja/verde y azul/amarillo. Una paleta cromática bastante agresiva para la arquitectura tradicional, pero irresistible de ignorar dentro de una ciudad levantada principalmente en ladrillo desnudo, monocromático y frío.
Las fachadas diseñadas por Mamani comenzaron a ser denominadas «transformer» y sus detractores las llamaron «cholas», incluso surgió el concepto de «cholets» (juego de palabras entre chalet y cholo). Sin embargo, la prensa boliviana presentó a Mamani como creador de un estilo independiente y único.
Mamani Mamani continúa cambiando el paisaje andino con sus coloridas fachadas, y, fiel a su objetivo de transmitir la cultura aimara a través de sus diseños, se ha dado a la tarea de plasmar murales en fachadas de edificios construidos por el gobierno como viviendas sociales con un concepto de cosmovisión andina, y lleva su obra a diferentes ciudades del mundo, compartiendo el mensaje quechua a la humanidad a través de sus coloridas fachadas y lienzos.
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