La Metodología Oasis: la nueva forma de transformar espacios públicos

Vivimos en el espacio de lo complejo. En la actualidad, las sociedades se enfrentan a grandes retos urbanos, de hecho, cada vez son más las ciudades y barrios en las que los habitantes se agrupan para cambiar el espacio físico de las comunidades en las que viven, creando lo que hoy conocemos utbanismo participativo, que se nutre de las diferentes realidades y visiones de la gente que los habita.

La Metodología Oasis tiene como objetivo conseguir una transformación real y rápida del espacio público al tiempo que fortalece las relaciones sociales de la comunidad. Esta metodología fue desarrollada por el Instituto Elos de Brasil y ya ha sido exitosamente aplicada en varios países. Oasis es un juego que pone en movimiento talentos locales para transformar ambientes y localidades a través de la materialización de sueños colectivos.

La Metodología Oasis consta de 7 pasos:

  1. Una vez elegido el lugar se debe ejercitar la visión apreciativa sobre la comunidad y su ambiente, buscando algo bello, que bien puede ser algo físico, como un balcón con macetas de flores, un grafitti, etc., o bien, algo inmaterial, como alguna tradición local, el que la gente acostumbre saludarse sin conocerse, etc. Después, se deberá pensar en cuáles son los recursos con los que cuenta la comunidad, siempre se encontrarán cosas que valga la pena destacar.
  2. El segundo paso consiste en encontrar la historia detrás de cada cosa bella de la comunidad, buscar a las personas que las generaron e indagar acerca de sus talentos y habilidades. En este paso se realizará un listado de los habitantes del barrio que deseen unirse junto a sus capacidades, para finalmente organizar un primer acto comunitario el en que todos puedan demostrar sus talentos especiales al resto.
  3. Ahora si, se puede comenzar a soñar, de recoger los sueños de todas las personas para conformar el sueño colectivo de la comunidad para después plasmarlos en maquetas que les permitan visualizar cómo quedaría ese territorio ya transformado.
  4. Definir la responsabilidad de cada participante de acuerdo a sus talentos individuales y de los recursos materiales de la comunidad y procurar lo necesario para hacerlos realidad.
  5. Poner manos a la obra para comenzar a construir el sueño colectivo. Cuantas más personas participen, mejor. Habrá personas que construyan, otras que pinten, quien cocine, quien amenice la jornada con música, etc.
  6. Es completamente válido alegrarse por los resultados obtenidos gracias a las contribuciones de la comunidad.
  7. Pensar en el futuro, en la mejor manera de mantener lo construido y las acciones que se desarrollarán en el futuro.

A través del paso por estas diferentes etapas se consiguen interesantes resultados en los lugares en dónde se pone en marcha la experiencia, permitiéndonos pensar en algunas de estas potencialidades del Oasis:

  1. Estimula y habilita grupos para la cooperación y el emprendimiento. Al estar desarrollado como un juego cooperativo en el que el éxito personal sucede a través del éxito y la conquista colectiva, alienta a los grupos y comunidades a emprender iniciativas colaborativas.
  2. Amplía la capacidad para proponer soluciones creativas para las cuestiones críticas de nuestra sociedad: a partir de retar a los participantes a convertir sueños y anhelos comunitarios en cambios tangibles que mejoran el contexto y la vida de los/as habitantes.
  3. Promueve la mirada apreciativa y la búsqueda de recursos locales: poniendo la atención en buscar lo que aparentemente es invisible a nuestros ojos en una primera vista. Este ejercicio de literalmente buscar lo que hay en los espacios, es una propuesta de conexión con nuestros entornos desde un lugar diferente.
  4. Aumenta el sentimiento de pertenencia y los vínculos afectivos en un territorio/espacio, a través de participar en el diseño y ejecución de cambios en los espacios públicos/colectivos.
  5. Amplía el nivel de información sobre estrategias de sostenibilidad ambiental y auto‐ construcción. Es una muestra sobre cómo muchos residuos que generamos dentro del sistema de producción, distribución, consumo y deshecho son posibles recursos, a los que dar nuevos y creativos usos.
  6. Impulsa nuevos procesos de participación social. Las actuaciones concretas desarrolladas en la experiencia del Oasis suponen un recuerdo vivo de construcción, física y social del barrio/comunidad. Al final de la experiencia, emergen nuevos agentes de cambio, personas dispuestas a contribuir a implicarse en una mejora de su entorno.

 

 

 

 

 

 

 

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