Los ascensores – o elevadores – son sistemas de transporte vertical que permiten el traslado de personas a los distintos niveles de un edificio, haciendo que el acceso a los espacios públicos y viviendas sea accesible para todos: personas con capacidades diferentes, niños, personas de edad avanzada, etc. Además, los ascensores se han convertido en un elemento de comfort al que ya estamos tan acostumbrados que no prestamos atención a la importancia que tiene esta facilidad de desplazamiento.
Alrededor de los ascensores existen una serie de mitos e historias bastante interesantes:
- La superstición del piso 13 – al ser considerado un número de mala suerte por excelencia, en muchos edificios se ha optado por saltarse este número, por lo que del piso 12, se pasa directamente al 14. En países como Japón van aún más allá, ya que consideran que el 4 también da mala suerte, porque la suma de los dígitos que componen el 13 da 4 (1+3). Por esta razón, además de no tener piso 13, tampoco tienen pisos que contengan el número 4.
- Comportamiento extraño dentro del ascensor – al momento de permanecer encerrados en un elevador el comportamiento de los usuarios cambia y esto se debe, por lo general, por que se evita el contacto físico con desconocidos. Hay un par de elementos que llaman aún más la atención, la primera es la rotación en el movimiento en función de la cantidad de personas que van entrando, y la segunta es la distancia entre los ocupantes, que tratan a toda costa, de proteger su propia intimidad.
- Espejos en el ascensor – el propósito de espejo que decora la gran mayoría de los ascensores es completamente psicológico, y esto se debe a 2 motivos: cuando los edificios comenzaron a ganar altura, los usuarios se quejaban de la lentitud de los ascensores, el remedio fue colocar espejos para que los pasajeros se distrajeran admirándose, lo cual evitaba el aburrimiento durante la subida. En la actualidad, contamos con elevadores mucho más veloces, sin embargo el espejo se ha mantenido pues se ha descubierto que es un consuelo para las personas que sufren de claustrofobia, ya que el espejo da la sensación de amplitud y les ayuda a superar su ansiedad.
- Música de ascensor – la música que escuchamos dentro de un ascensor es conocida como Muzak, y se la debemos a una empresa que tuvo la idea de ambientar nuestros paseos dentro del ascensor. Alrededor de sus listas de canciones surgió otro mito: se afirmaba que la música de Muzak aumentaba la producción ya que motivaba a los empleados a sentirse mejor durante sus actividades, y aunque hubo un equipo de ingenieros que pretendió crear un programa denominado Progresión de Estímulo, al final la idea fue fuertemente criticada y abandonada finalmente.
- El ascensorista – Esta es una profesión en peligro de extinción, sin embargo, la función del ascensorista abarcaba una gran variedad de funciones, siempre personalizadas a cada usuario. En las tiendas departamentales era sumamente útil cuando una persona buscaba un producto específico, pues parte de su función era anunciar qué servicios podían encontrarse en cada nivel, además el ascensorita se encargaba de reforzar el factor de bienvenida y proyectar la cordialidad y elegancia de la empresa, en otras palabras, eran un tipo de empleados de relaciones públicas que endulzaban la experiencia comercial de los clientes.
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