Los hospitales infantiles utilizan un amplio espectro de colores para asegurar el confort de sus pacientes y familiares.
Los colores suaves, tranquilizantes suelen usarse en las habitaciones de los hospitales pediátricos, ya que se ha comprobado que la combinación de color, iluminación y textura eleva el ánimo de los pacientes, acelerando su recuperación.